Hace unos días viajé de la ciudad de Coatepeque a Xela, dos lugares fantásticos en Guatemala. Ese día tuve la dicha de viajar en el auto de José Augusto Choc, famoso humorista conocido por su personaje de “El Abuelo Cándido”. En esa ocasión José Augusto me apoyo de gran manera cuando hice en Coatepeque la presentación de mi libro “El Aprendiz del Mago”.
El Abuelo Cándido, como la gente suele llamar a José Augusto, tuvo la dicha de entrevistar y de llevar en su auto a Facundo Cabral en su última visita a Guatemala, sin saber que este sería el último escenario al que subiría en su vida.
Yo le pregunté al Abuelo Cándido: decime una cosa ¿cómo fue la experiencia de hablar con Facundo Cabral?
-Fue una experiencia fantástica- dijo el Abuelo Cándido. Es más, yo ni si quiera hablaba mucho para no interrumpir alguna genialidad que estuviera pasando por su cabeza.
-Y donde vos vas sentado, allí mismo viajó Facundo Cabral- dijo el humorista.
Por mi cuerpo corrió una electricidad indescriptible, realmente me emocioné de saber que yo estaba compartiendo, a destiempo, el mismo vehículo que Facundo. Mi mente dio vueltas y me imaginé a los tres yendo por esa ruta teniendo una charla fantástica, cual nunca imaginé.
-Tengo algo que te va a gustar- dijo el Abuelo Cándido, e inmediatamente sacó de su bolsillo su teléfono celular y empezó a buscar algo. En su rostro se veía el reflejo de la concentración, como cuando alguien trata de recordar los números de la combinación que abre una caja fuerte.
-Ya lo tengo, escucha esto, grabé una parte de la charla que tuvimos ese día con Facundo Cabral-
Yo tomé en mi mano el celular y lo acerqué a mi oreja. Escuchaba la alegría del Abuelo Cándido al hablar, muy característica de el, y la sabiduría de este genio. ¡Esto era realmente increíble! escuchaba a Facundo en mi oreja, justo ahí en el mismo lugar en donde meses atrás había estado. Este fue un momento surrealista, inimaginable.
Cumplimos con el recorrido. Llegamos a Xela y yo me fui a mi hotel y el Abuelo Cándido a su casa. Esa noche pasé varias horas imaginando cómo hubiera sido una charla entre los tres. Ante esa situación no me quedó más que ver en qué cosas coincidíamos Facundo, El Abuelo y Yo, y de allí nace este artículo que publico en mi blog.
Ojo: esto que estoy a punto de narrar no sucedió, pero yo imaginé que así pudo haber sido. Lo que hice en este artículo fue parafrasear las palabras del Abuelo Cándido, tomar frases casi de manera textual de Facundo Cabral y escribir las cosas que hay en mi cabeza. Todo eso lo metí en la licuadora de mi imaginación y resultó esto.
Ojo: esto que estoy a punto de narrar no sucedió, pero yo imaginé que así pudo haber sido. Lo que hice en este artículo fue parafrasear las palabras del Abuelo Cándido, tomar frases casi de manera textual de Facundo Cabral y escribir las cosas que hay en mi cabeza. Todo eso lo metí en la licuadora de mi imaginación y resultó esto.
Eriko: ¿Sos feliz Abuelo Cándido? Y si lo sos decime ¿por qué?
Abuelo Cándido: Es muy simple. Hago lo que me gusta y eso me hace feliz. Además haciendo lo que me gusta he creado un efecto multiplicador de buena vibra y energía positiva contagiando a las personas de buenas noticias en un mundo a veces un poco duro de tragar.
Facundo Cabral: Uno debe ser feliz en donde uno está, con lo que uno tiene. Este lugar en donde estoy es el más importante pues es el lugar en donde me puso el Señor. Hay gente que piensa que es difícil encontrar el camino de la felicidad. La gente no es feliz porque tiene miedo a decidir y pone su vida en las manos de otra persona. La gente le tiene miedo a algo que es diferente, en un mundo tan diverso. Lo que conviene hacer es lo que uno ama, equivocado o no.
Eriko: Es cierto, la gente tiene miedo. Tiene miedo de su propia luz. Tiene miedo de su potencial. Por eso vemos todos los días a gente yendo a trabajos que detestan, con jefes que odian, con salarios que no les alcanzan. La felicidad no es un destino, la felicidad es un viaje. La felicidad es opcional.
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Eriko: ¿Qué cosa les favoreció para que llegaran a estar en donde están? Me refiero a su carrera, su vida.
Eriko: ¿Qué cosa les favoreció para que llegaran a estar en donde están? Me refiero a su carrera, su vida.
Abuelo Cándido: De niño uno juega a tocar los timbres de las casas de los vecinos para luego salir corriendo. En la vida hay que aprender a tocar puertas y quedarse parado frente a ellas para ver si se abren. Mientras eso sucede, hay que tomar decisiones. Esas decisiones están basadas en las ganas de cumplir los sueños. El inicio de mi carrera no fue tan sencillo, pero fue fantástico, de mucho aprendizaje y mucha gente buena en el camino. Creo que uno de los secretos es saber a donde uno quiere ir y sobre todo perseverar.
Facundo Cabral: La fuerza sale de la adversidad. Un poco de hambre y un poco de frío hacen de un hombre un hombre sencillo. Es el hambre que te hace disfrutar de un croissant por las mañanas. Como no agradecerle a la adversidad si hoy puedo gozar la adversidad y puedo servir a la sociedad. No prives a los niños de lo que tienen que pasar, o si no pasarán de largo por la vida. Si hubiera vivido con comodidad no apreciaría lo que tengo hoy. Sin sueños no somos nada. Yo creo que el hombre puede ser mejor. Señor no te preocupes por el pan nuestro de cada día, porque esa es tarea nuestra, pero no nos dejes sin el sueño de esta noche, porque sin sueños no somos nada. Haz que nuestro sueño de hoy sea nuestra realidad de mañana. Un día le dije a un amigo: “Adiós y buena suerte”, y el me respondió: “La suerte no me hace falta porque soy inteligente. En vez de esperar que el azar me premie con el éxito, mejor uso mi cabeza para ser más inteligente y a lo mejor puedo provocar otras cosas”. La suerte no existe. La suerte son los padres, si tienes una buena crianza es posible que tengas una vida sana. Uno está donde se merece estar.
Eriko: Creo que la suerte es una mezcla rara. Es cuando dos ingredientes se juntan y el producto final es fantástico. La suerte es cuando la oportunidad y la preparación se juntan. Un amigo vendedor dice: Mientras más clientes visito, más puedo utilizar mis técnicas de ventas y más producto vendo, eso es tener buena suerte. La gente piensa que la suerte es algo místico que descenderá del cielo y caerá sobre sus cabezas y que de ahí en adelante su vida será increíble. ¿Quien no quisiera ganarse la lotería? pero casi nadie compra el billete para entrar a la rifa. Eso es con respecto a la suerte, pero hablando de las cosas que nos favorecen en la vida, que fue la pregunta que les hice, pienso que el ser humano busca el placer y huye del dolor. Pero es en el dolor en donde nos hacemos fuertes. Dudo mucho que un fisicoculturista tenga esa musculatura sin haber sentido dolor en los músculos ante el ejercicio. En el camino al éxito hay que estar dispuesto a pagar un precio. No existen atajos hacia el éxito. No hay que tenerle miedo a la adversidad. Ella puede ser bien aprovechada por nosotros para nuestro crecimiento como seres humanos.
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Si hubiese existido la oportunidad de estar al mismo tiempo con el Abuelo Cándido y Facundo Cabral creo que así hubiera sido esa charla.
Por último les dejo palabras fantásticas dichas por este genio, este maestro: Facundo Cabral.
"Traigo el amor del hombre de Galilea. Amarás al prójimo como a ti mismo, y nosotros trabajamos para lograr eso. Hay gente que sin conocer a Jesús es cristiano y hay gente que representa al cristianismo y no conoce a Jesús, porque hacen lo contrario."
"La vida es maravillosa porque no sabemos hasta cuándo estaremos acá. Por eso hay que vivirla a cada instante. Del nacimiento a la tumba se llama “libre albedrío”. La gente está distraída con cosas que tiene que ver con la muerte y no con la vida."
"Ahí va un miserable que no sabe que es un príncipe porque es hijo de un rey."
Saludos.
Eriko Paz
MotivAcción y Desarrollo Humano
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